Dicen que el Universo no te suele dar lo que pides … sino lo que necesitas. Solo hay que cerrar
los ojos para ver. Yo pedí respuestas y el cielo me entregó a Escuela Nidhan y con ella a las
personas correctas que me enseñaron a respirar y a encontrar a Dios en mí y con Él vinieron
las respuestas y mi vida cambió, porque por primera vez en 50 años empecé a conocerme,
aceptarme y a tener la alegría de vivir del niño-hombre que habita en mí. Gracias por estar en
mi camino.