El enfoque de nuestro trabajo yóguico durante este año debe centrarse en prepararnos para estar protegidos y ser capaces de recuperar el equilibrio interno con “agilidad” ante cualquier situación. Será importante incorporar en nuestra práctica y en nuestrro sadhana ejercicios que potencien el alineamiento entre chakras y la potencia de nuestro campo electromagnético.
Prácticas con movimiento, meditación en los chakras, meditaciones dinámicas, conjunción del trabajo del pranayama y asana, ejercicio aeróbico y cultivo de hábitos de vida yóguicos son ejemplos a tener en cuenta.
El trabajo y cuidado físicos serán muy importantes para facilitar el alineamiento anteriormente mencionado debiéndose prestar especialmente atención al mantenimiento de un rutina habitual de práctica.
No obstante la tecnología del yoga no bastará para estos fines si no se comprende su esencia y se actúa sobre el equilibrio pránico. Las diferentes situaciones que se nos presentarán tenderán a poner a prueba nuestra capacidad de relacionarnos autosensorialmente con ellas. El ritmo de vida podrá ser físicamente extenuante por lo que será necesario ser capaz de administrar la propia energía.
La racionalidad podrá cobrar un plano secundario, la aceptación y la dedicación serán la palanca . La objetividad, que necesitará de la neutralidad de la mente, permitirá comprender las situaciones más allá de palabras y apariencias.. Dicha objetividad no será posible sin el mantenimiento de un resiliente alineamiento energético. No todo el mundo, por mucho yoga que práctique estará en condiciones favorables de lidiar con esto.
La autenticidad de nuestra práctica será puesta a prueba. ¡Intenta reconducir tu práctica hacia ella!