Es el propósito de este artículo establecer algunas reflexiones acerca de las eras de la Humanidad (yugas) que se explican en la filosofía y tradición de la India, la cual nos llega esencialmente a través de la interpretación de los Vedas y escritos épicos y puránicos, y de lo que ello pueda implicar en nuestro singular momento actual.
Por un lado es algo reconocido en esta tradición el carácter cíclico de la evolución de la Humanidad1. Dicho carácter cíclico se pone en relación, en primer lugar, con la “cercanía” del ser humano a Dios2. Esta “cercanía” no es un parámetro espacial sino que es un concepto que se refiere a la capacidad del ser humano de percibir en sí mismo su verdadera naturaleza y mantener su consciencia interna alineada con ello, trascendiendo los condicionantes de la mente.
No obstante la delimitación y explicación del funcionamiento de dicho carácter cíclico no opera de la misma manera atendiendo a diferentes fuentes o autores.
Uno de los conceptos centrales en dicha teorización es el de Maha Yuga (Gran Era). Esta gran era se caracteriza por un descenso progresivo de la capacidad del ser humano de conectar con su propia naturaleza (Dios) que tiene lugar en cuatro fases o eras (en orden descendiente: Satya Yuga, Treta Yuga, Dwapara Yuga y Kali Yuga). Estas cuatro fases guardan entre sí una proporción en cuanto a su duración de 4-3-2-1, respectivamente.
En alguna de las interpretaciones suele leerse que tras este proceso de degradación del estado espiritual del ser humano, la rueda vuelve a comenzar. Es decir, tras la última era o fase (Kali Yuga) llamada por algunos Era Oscura, tendría lugar,bien una regeneración de este estado espiritual del ser humano, bien un final del ciclo humano y un nuevo comienzo, para volver a comenzar la siguiente Maha Yuga partiendo de un estado espiritual pleno (en una nueva Satya Yuga).
Otras interpretaciones difieren de esta en el sentido de establecer que tras culminar este proceso descendente, la siguiente Maha Yuga operaría en sentido asecendente (Kali Yuga, Dwapara Yuga, Treta yuga, Satya Yuga) guardando la misma proporción (en este caso, 1-2-3-4), con lo que dos maha yugas completarían un ciclo completo.
Otro elemento de esta teoría es la cuantificación en años de su duración. Mientras muchas interpretaciones establecen una duración de cada maha yuga en 4.320.000 años otras difieren de éstas estableciendo una duración de 12.000 años (en las primeras se parte también de la cifra de 12.000 años pero se aduce que estos son años de los semi-dioses que han de ser convertidos en años humanos – terrestres- multiplicando por 360). En esta explicación se mezcla el conocimiento antiguo, el formato parcialmente mitológico en que se nos ha explicado y las interpretaciones de ello que nos han llegado.
En función de lo expuesto parece para muchos que estamos en la Kali Yuga, era oscura de la cual nos queda aún muchos años que recorrer y que el Yoga es precisamente una herramienta para esta era en la que precisamos de esta tecnología. Pero para otros estamos en la Dwapara Yuga en sentido ascendente. Según algunos de quienes se alinean en esta segunda opinión, Dwapara Yuga comenzó en torno al año 1700 habiendo recorrido una primera fase de entrada en la era y ya ublicandonos desde el siglo pasado en su inicio pleno.
De esta interpretación última puede deducirse que estamos en un proceso de despertar que culminará dentro de unos 2000 años para dar paso a una fase de despertar aún mayor. És lógico identificar esta situación de evolución de la humanidad con la por muchos aludida Era de Acuario3, esta época de cambio intenso que de alguna manera muchos percibimos y ha sido ya prevista anticipadamente por otros4
Un aspecto interesante de comentar es la correspondencia de estas teorías con los recientes descubrimientos astronómicos. La edad del Universo (cifrada en torno a cerca de 14.000 millones de años,) la duración estimada de la órbita del sistema solar en torno al centro de la galaxia (unos 230 millones de años) arrojan valores que no parecen corresponderse con la billonarias cifras que nos arrojan muchas de estas antiguas interpretaciones de base védica y puránica. Sí que parecen más compatibles con la cuantificación de la maha yuga en 12.000 años si bien la correspondencia astronómica de ello necesitaría en primer lugar la verificación de que el sol describe una órbita secundaria en asociación a una estrella o contraparte binaria (no descubierta aún), junto con la cual giraría en torno al centro de la galaxia.
Por tanto la explicación descriptiva de este transcurrir cíclico de la Humanidad sigue albergando una gran dosis de especulación por lo que tenemos que seguir dejándonos llevar ampliamente por nuestra intuición pura.
Estar en el inicio de la Dwapra Yuga sería una buena noticia pues representaría que los diferentes procesos que en la Humanidad experimentemos servirán para mejorar nuestra relación con nuestra propia Humanidad, es decir, con Dios.
Como Yogi Bhajan decía la palabra “Human” se desglosa en “Hu” (luz) y “man” (mente). Por tanto la cualidad Humana es aquella que trae Luz a nuestra mente.
Sigamos confiando pues en nuestra preciadas técnicas y enseñanzas de yoga y haciendo crecer una mente calmada, no apegada y compasiva. Haciendo esto en nosotros mismos estamos volcando Luz en la Humanidad y enfocándonos en crear un mundo mejor y, valga la redundancia, más Humano.
Parmatma
**referencias principales
La Ciencia Sagrada.-Swami Sri Yukteswar
Srimad Bhagavatam (Bhagavata Purana)
Manava Dharma Sastra (Leyes de Manu)
1Entiéndase por Humanidad la presencia y características del ser humano en la Tierra como especie o colectivo.
2En este texto, como en general en el ámbito del yoga, cuando usamos el término Dios, hacemos referencia al principio unitario y Realidad trascendental que constituye nuestra verdadera naturaleza y con la cual pretendemos conectar a través de la práctica del yoga (descártense pues cualesquiera acepciones al término asociadas a las religiones)
3Tampoco hay una uniformidad en las diferentes explicaciones que pueden observarse por diversos autores acerca de las eras zodiacales y su cronología, si bien en este caso hay una referencia más identificable que es la dada por la Astrología.
4Ver por ejemplo las amplias y numerosas alusiones a la Era de Acuario en las enseñanzas de Yogi Bhajan.